Sociedad

“Una visita a la Argentina como sostenedor de una de las partes no le interesa al Papa”.

18 de agosto de 2017

José Luis Narvaja es sacerdote jesuita, como su tío Jorge Bergoglio, hoy Francisco. En esta entrevista exclusiva con Infobae expone los principios de la política papal. “Él promueve la unidad”, dice


Civiltà Cattolica, la revista italiana de los jesuitas, publicó recientemente un artículo del padre Narvaja, «El significado de la política internacional de Francisco», que tuvo mucha repercusión: en opinión del sinólogo italiano Francesco Sisci, que vive y trabaja en Pekín, el análisis de Narvaja demuestra que ciertas concepciones de la China de hoy -que ha dejado en el pasado la lucha de clases para adoptar una visión de «sociedad armonizada»- pueden llevarse muy bien con el pensamiento papal: «el todo es superior a las partes»; «el tiempo es superior al espacio»…

Narvaja, habitualmente alejado de los medios -lo suyo es el estudio y la docencia-, accedió a explayarse en esta entrevista con Infobae acerca de la concepción política del Papa, la paz como finalidad de sus acciones, los puentes que busca tender en el mundo, la autoridad que ha adquirido en la escena internacional, pero también las dificultades para interpretar sus gestos que no deben ser leídos desde una perspectiva política partidaria.

De sus palabras se desprende que el Papa sólo vendrá a Argentina cuando pueda ser prenda de unidad y nunca para consagrar la supremacía de ninguna de las partes por encima del todo.
Como buen jesuita, también José Luis Narvaja comparte la atracción por el Oriente: «La sabiduría china enriquecería mucho a la Iglesia y al mundo», dice, al hablar del deseo de Francisco de reanudar lazos con ese país.
El padre Narvaja (51 años) divide su tiempo entre Roma y San Miguel (provincia de Buenos Aires), ya que enseña un semestre en Argentina, donde es profesor de Teología en las Facultades de Filosofía y Teología de San Miguel, y otro semestre en Europa, como profesor invitado en varias instituciones, a saber: el Institutum Patristicum Augustinianum, el Pontificio Instituto Bíblico y la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma), además de la Pontifica Facolta’ Teologica dell’Italia Meridionale (Nápoles) y la Philosophisch-Theologische Hochschule Sankt Georgen (Frankfurt).

— Hace unos días, un periodista italiano de visita en Buenos Aires, dijo: «Ningún político italiano habla como el Papa». Lo mismo puede decirse de los políticos de acá. ¿En qué sentido puede verse una diferencia entre el discurso del Papa, que es muy político, y el de los políticos en general?
— Yo diría que la diferencia está en el concepto de política. El Papa tiene un concepto de política más vinculado a los orígenes de la política, como un arte de la polis, que significa ciudad en griego. Los griegos desarrollaron este arte para defender la ciudad. Defenderla en dos niveles, en el nivel inter

no y defenderla también de los peligros externos con la política exterior.

Para el Papa, la polis es el mundo
— ¿Cuál sería el equivalente a la polis hoy?

— La sociedad, lo que querramos determinar como polis. Para el Papa, la polis es el mundo. En su caso, hablar de política externa no tiene sentido. Él piensa el mundo como una unidad, como una polis. Mientras que la política, como se ha desarrollado a lo largo de la historia, como la entendemos hoy, es el arte de las partes. Se llama el arte de lo posible, que es tratar de que cada una de las partes logre sus intereses o sus fines particulares. Pero no se piensa en el bien del todo sino en el de la parte. Y se trata de imponer los propios intereses, las propias necesidades, como si fueran el todo. Si uno piensa la política así, lo que no está dentro de esa parcialidad queda excluido. Nosotros sabemos que el Papa habla de una política inclusiva, habla de defender, de proteger, de incluir a los que quedan en la periferia.

— ¿Cómo se compatibiliza ese concepto de unidad, de totalidad, con las diferencias que siempre van a existir? ¿Cómo se encara el conflicto a partir de ese concepto de totalidad?

El Papa desarrolla cuatro principios: el tiempo es superior al espacio; la unidad es superior al conflicto; el todo es superior a la parte; y la realidad es superior a la idea. Que la unidad es superior al conflicto implica que el conflicto se resuelve en un nivel superior. Entonces, hay que encontrar ese nivel superior. Hoy el Papa trata de promover la misericordia y el amor como ese nivel superior. Para separarnos, para dividirnos, siempre vamos a encontrar una razón. Y eso requiere un esfuerzo intelectual, un esfuerzo, sí, de poner energías en aquello que nos une y no lo que nos separa. Por eso el Papa sale constantemente a buscar a aquellos que están en la periferia y nos invita a hacerlo. Porque ése es el trabajo político.

Sí, podemos decir que esa es una traducción. Podríamos decir mucho más. Es clave, y el Papa lo dijo en una entrevista a (el diario católico francés) La Croix, el pasaje en que Jesús lava los pies a los discípulos. Eso no es solamente una anécdota; Jesús tuvo la intención fundante de una forma de poder que es el servicio. Porque Él dice «si yo que soy el Maestro y el Señor y hago esto, ustedes tienen que hacer lo mismo». Eso establece una línea de la que no se vuelve atrás. Es un momento mítico en la historia porque se establece una nueva forma de poder que es el servicio. Y eso es el Evangelio. Por otro lado, podemos decir también, si queremos precisar un poco aquello que propone Jesús en el Evangelio, o lo que hace Jesús, porque lo hace prácticamente, es salir, salir. Él sale, sale del Padre y vive en nosotros. Sale a buscar a las ovejas perdidas. Y sale de Jerusalén incluso para morir, porque Él muere afuera, no muere adentro. Muere fuera de la Alianza, fuera de la Ciudad Santa, como un excluido, como un abandonado.

Fuente: Infobae

 

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