Sociedad

Denuncian colapso en el organismo que controla a los presos que salen de la cárcel

En Provincia, 600 funcionarios del Patronato de Liberados deben controlar a 48 mil liberados con “probation”. “No está funcionando, hay un 40% de reincidencia”, dijo el secretario de Derechos Humanos bonaerense
«Si una persona sale tras una condena por violación no se hace ningún control»
En uno de los edificios del Patronato en La Plata, los expedientes apilados en los pasillos y hasta en el garaje son una muestra patente del colapso del sistema.
«Si una persona sale tras una condena por violación no se hace ningún control. Depende de que la persona vaya al Patronato a firmar, pero si no firma no pasa nada», afirma Canón.
Por su parte, los asistentes sociales experimentan a diario la falta de recursos en carne propia. «A mis compañeras les han puesto armas en la cabeza, les han robado y las han amenazado; por un sueldo de 12 mil pesos», relató Claudia Malaret una de las funcionarias.
Al momento de realizar los estudios socioambientales, los asistentes viajan en colectivo para visitar el lugar donde vivirán los ex detenidos. Incluso se pagan sus propios boletos.
Pero hubo un caso reciente que marcó un antes y un después. En mayo del 2013, en Miramar, Laura Iglesias fue violada y asesinada por uno de los expresos que tenía que controlar. «Se empezó a sentir miedo», reconoció Malaret. No obstante, asegura que su trabajo realmente hace una diferencia y se podría «hacer mucho más».
Tobilleras electrónicas
En la actualidad unos 1577 detenidos con prisión domiciliaria que utilizan una tobillera electrónica para ser controlados. La cifra creció a un ritmo del 50% anual durante los últimos años pero el personal encargado del control sigue siendo el mismo.
Los dispositivos se colocan en cualquiera de las piernas del detenido y emiten una señal que recibe otro aparato instalado en la vivienda. Si el condenado se aleja de la zona delimitada, corta la pulsera o esta pierde contacto con el cuerpo, se envía un alerta al centro de monitoreo.
Allí, el personal de control se encarga de llamar al domicilio para corroborar que no se haya escapado. Unos 12 presos por mes rompen la pulsera, 58 se escaparon en lo que va del año.
Fuente: Infobae

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