Salud

Estrés de marzo: consejos para que la vuelta a la rutina no te agobie

El retorno de los chicos al colegio, el tránsito y las vacaciones que quedaon atrás: cómo encontrar el equilibrio

Cuando volvemos de vacaciones ansiamos que los chicos vuelvan a su rutina del colegio, los despertadores tan odiados a fin de año se vuelven milagrosos a la hora de lograr un orden en casa ¡son bienvenidos!

Imaginamos un mundo simple, pero la realidad es que rápidamente nuestros deseos de mejor calidad de vida -con los que nuestra cabecita soñaba tomando sabias decisiones en la playa- se ven sumergidos en una nueva lista de útiles, librerías abarrotadas, grupos de Whatsapp, el tráfico, las tareas que de golpe caen una tras otras en el día a día. En el trabajo cuesta retomar el ritmo y muchos compañeros aún están de vacaciones por lo que el tiempo vuela.

¡De golpe nuevamente en la voracidad de la rutina!

La doctora Sonia Lupien, fundadora del Instituto de Investigaciones sobre el Estrés Humano de Montreal, remarca que son cuatro las situaciones que elevan el cortisol y la adrenalina, hormonas que median la reacción de estrés.

Estas situaciones se pueden recordar mediante el acrónimo C.I.N.E.

C: Pérdida de control

I: Imprevisibilidad

N: Novedad

E: Afectación del ego

Todos estamos atravesados por situaciones de estrés y hay momentos en los que el riesgo de que se vuelva crónico es grande. Las situaciones de mucha exigencia y la vuelta de las vacaciones son algunas de ellas.

¿Cuántos momentos incluidos en C.I.N.E estamos dispuestos a vivir? Si las situaciones nos sobrepasan vamos a caer en lo que denominamos estrés crónico y el descanso que hayamos logrado en las vacaciones desaparecerá en menos de una semana.

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Para no llegar a las próximas vacaciones exhaustos y agotados, enfermos y de pésimo humor es necesario ¡tomar la sartén por el mango! Y el control de nuestras vidas también.

Es importante saber que podemos hacer algo. En primer lugar, conocer qué es el estrés, porque en su cantidad óptima nos beneficia y en exceso nos mata.

Debemos ser conscientes de a qué situaciones C.I.N.E somos más sensibles y preparar un plan B para mejorarlas. En cuanto nuestro cerebro percibe que tenemos un plan B, deja de percibir la situación desencadenante como alarmante y al instante desactiva la reacción de estrés. Por ejemplo, si soy sensible a lo imprevisible, tengo que disminuir las situaciones que me lo generan: puedo ir comprando los útiles antes de la llegada de las clases. Si me angustia la falta de control, va a ser necesario planificar la agenda y, en ambos casos, evitar dejar resoluciones para último momento.

Hoy, en el estilo de vida que se ha instalado en el mundo entero, son las decisiones que tomemos las que van a controlar el estrés crónico.

Consejos para equilibrarlo

El estrés es una reacción vital para lograr la mejor adaptación a los desafíos cotidianos. Las hormonas encargadas de mediar esta reacción son el cortisol y la adrenalia. Segregadas en cantidad y tiempo adecuados, obtienen la mejor performance del individuo.

En el caso de una reacción insuficiente, el cansacio y le desgano van a predominar. Y cuando los estímulos nos agobian aparece el estrés crónico. Durante esta fase el rendimiento no es adecuado.

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El estilo de vida de estos días conduce a un estímulo excesivo y sin descanso de las glándulas suprarrenales y al estrés crónico que tantas enfermedades causa (cefaleas, hipertensión arterial, arritimias, obesidad, diabetes y muchas más).

El nivel óptimo de estrés nos va a permitir una adecuada regulación de nuestras funciones fisiológicas, cardíacas, metabólicas y mentales, lo cual incluye el ¡buen humor!

Fuente: Clarín

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